El otro día pensando sobre que utilidad aparte de entretención tienen los álbumes de láminas por que en principio fácilmente se puede juzgar como un desperdicio de dinero. Recuerdo cuando pequeño haber intentado coleccionar varios, unos con más éxito que con otros. Pero ahora ya siendo más "adulto" no le había encontrado mucho sentido y menos con la gran variedad de estos que se encuentran actualmente.
Con un poco de imaginación y recordando que cada lámina tiene una probabilidad a priori eventualmente constante en el tiempo de aparecer, osea una frecuencia relativa, toda la fenomenología de las láminas tenía un toque de ser del campo de la economía. En su forma más simple de análisis, se genera un mercado donde los niños (agentes) e intercambian (transan) las láminas para completar el album (maximizan su bienestar).
Dado entonces que cada lámina tiene un valor "absoluto" dado por su frecuencia relativa y un valor "relativo" dado por la apreciación personal es posible transarlas entre ellas. Si el mecanismo para la transacción de láminas fuese puramente racional y con información completa, el intercambio se daría solo cuando las frecuencias relativas de ambos paquetes sean iguales. Por ejemplo una lámina con una aparición de 1 en 100 será intercambiada solo si se le entregan 2 láminas con frecuencia relativa 1 en 50. Pero como sabemos, ningún niño sabe con que frecuencia aparecen las láminas, sólo tiene una estimación debido a los limitado que puede observar en su entorno así que los "precios" de intercambio fluctuan en torno al precio real. Además también sabemos que en general los niños (y bueno no debería excluir a los adultos en esto) no son muy racionales y menos en las apreciaciones de valor. Esto en particular se nota por ejemplo cuando un niño le falta la última lámina que otra persona tiene repetida. Probablemente esta lámina es la que tiene frecuencia menor, por lo que su valor es la más grande pero este valor se ve incrementado debido a que el niño probablemente está dispuesto a pagar más que su valor real por obtenerla.
No es mi intención hacer un análisis profundo ni en detalle de la economía detrás de la colección de albumes, pero si exponer algunas razones por las cuales puede resultar positivo para un niño tal actividad. Un análisis más completo y en detalle se lo dejaré a un economista ocioso ;)... igual sería un buen tema para un premio Ig Nobel de economía.
En conclusión, coleccionar un album puede ser una muy buena herramienta pedagógica para que los niños pueden aprender de forma práctica sobre el valor de los objetos tanto en su dimensión física (valor absoluto) como en su dimensión psicológica (valor relativo), osea aprender de economía aplicada a la vida diaria. Entonces los padres deberían ser hasta proactivos, dentro de sus posibilidades, en la creación de este mercado para niños donde puedan aprender.
Post Scriptum: Otro detalle interesante del mercado de las láminas, es que éstas tienen el valor o precio en si mismas y no por medio de una moneda externa. Eseto se cumple al menos cuando los niños están en un rango de edad que aún no manejan dinero de forma personal.
Post Scriptum 2: Para "niños" más grandes estas ideas también se aplican en otros juegos como por ejemplo Magic o la copia chilena Mitos y Leyendas. Lo interesante, al menos en Magic, es que el mercado es más completo debido a la existencia de revistas especializadas.
1 comment:
Además tampoco se puede obviar el valor pedagógico que tiene el contenido mismo de las láminas! Distinto es promocionar el álbum 'basuritas' a promocionar un álbum de dinosaurios o animales del mundo, por dar un par de ejemplos. Obviamente hay que conjugar ventas con educación, no creo que a muchos niños les interese un álbum titulado 'Las tablas de multiplicación', pero según yo si la empresa pone un poco más de esfuerzo es posible hacer algo atractivo y educativo a la vez. Pero depende de cada empresa y sus objetivos e ideales, supongo...
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